El acto central comenzó a las 18 y la convocatoria también se llevó a cabo en otras ciudades del país. Alberto Fernández consideró que es “una marcha ciudadana”, mientras que la oposición y organizaciones especializadas la criticaron duramente


Desde las primeras horas de esta tarde, manifestantes y referentes del kirchnerismo duro se expresaron contra la Corte Suprema de la Nación frente al Palacio de Tribunales. El acto central dio inicio a las 18 y la marcha se llevó adelante en otras ciudades del país.

Todo comenzó como una convocatoria marginal del kirchnerismo más cristinista. El dirigente social Luis D´Elía y el juez de Tribunal Oral Criminal Juan Ramos Padilla, llamaron a marchar bajo consignas de lo más variadas: desde “fin del lawfare”, “basta de impunidad” y “democratización de la Justicia”, hasta la renuncia del Máximo Tribunal, integrado por Horacio Rosatti, Carlos Rosenkrantz, Juan Carlos Maqueda y Ricardo Lorenzetti. Ambos impulsores fueron los primeros en llegar hoy y luego se fueron sumando dirigentes del ámbito sindical, como Pablo y Facundo Moyano, Roberto Baradel, Hugo Yasky y Omar “Caballo Suárez”. También se hicieron presentes Graciana Peñafort (directora de Asuntos Jurídicos del Senado), Lorenzo Pepe (Secretario General del Instituto Nacional Juan Domingo Perón), Mayra Mendoza (intendenta de Quilmes) y el ex vicepresidente Amado Boudou.

Un par de horas antes de que comience el acto central, D´Elía anticipó: “Va a hablar, allá por las 18.30, el juez Ramos Padilla y actrices argentinas (Cristina Banegas y Luisa Kuliok) van a leer un documento. Y vamos a cantar el himno”.

Por su parte, el propio Ramos Padilla se refirió al Máximo Tribunal con agravios: “Vamos a pedir la renuncia, que se vayan los jueces y que el pueblo tenga una justicia para el pueblo e igualitaria. Hay que modificar al Poder Judicial y no se puede hacer con delincuentes. Que renuncien para empezar a construir un Poder Judicial que nos sirva a todos, no a ellos. Han tolerado causas armadas, prisiones indebidas, han permitido que el país se endeude, hicieron un desastre”.

Conocida la convocatoria original, enseguida se habían unido Hebe de Bonafini y los dirigentes camioneros Hugo y Pablo Moyano. Así, la presencia de Bonafini impulsó la participación de organismos de Derechos Humanos alineados con el kirchnerismo, como Abuelas de Plaza de Mayo, Madres Línea Fundadora, la seccional Capital de H.I.J.O.S. y la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH), entre otros. En tanto, la adhesión de los Moyano encolumnó al Frente Sindical y se sumaron la CTA de los Trabajadores y la CTA Autónoma, más otros sectores gremiales.

La marcha, bautizada como “1F”, también recibió apoyos expresos del ministro de Desarrollo Territorial y Hábitat, Jorge Ferraresi, y del de Seguridad, Aníbal Férnandez. Pero además se unió uno de los principales hombres de Cristina Kirchner en el gobierno: Juan Martín Mena, número dos del ministerio de Justicia, quien dijo que le parecía “sano y necesario” que la gente se pronunciara en una marcha. Un planteo similar realizó Martín Soria, quien desde que asumió en la cartera judicial en reemplazo de Marcela Losardo critica a la Corte Suprema.

El colectivo judicial kirchnerista “Justicia Legítima”, que encabeza Cristina Caamaño, también se sumó a la convocatoria. De esa manera, una organización presidida por quien maneja el servicio de Inteligencia del país convoca a una movilización contra la Corte Suprema de Justicia de la Nación, cabeza de uno de los tres poderes del Estado. La jefa de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) aclaró que no iba a concurrir personalmente, pero que acuerda con los motivos de la marcha.

A pesar de que integrantes del Poder Ejecutivo apoyaron la marcha, la portavoz de la Presidencia, Gabriela Cerruti, había señalado: “El Gobierno no toma postura sobre la marcha del 1° de Febrero, pero cree, en relación al sistema de justicia, que es necesario una reforma integral para mejorar la justicia argentina”.

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