El jefe de Estado se mareó y debió hacerse estudios. A pesar del diagnóstico complicado, reanuda sus actividades en la Cumbre del G20.

El presidente Alberto Fernández padece una gastritis erosiva con signos de sangrado en Bali. El diagnóstico llegó tras cuatro horas de espera luego del episodio en el que el mandatario sufrió mareos y una descompensación que lo obligó a suspender su participación en la apertura del G20.

«Fue un episodio complicado. Sangró mucho y eso le provocó la descompensación», revelaron fuentes sobre la situación del mandatario que debió realizarse estudios en el Sanglah General Hospital, el hospital más grande de Bali, donde ayer optaron por colocarle suero producto de su descompensación.

Lo informó a través de un nuevo comunicado de la unidad médica de presidente, en el que detallaron que debió a hacerse estudios de diagnósticos para preservar su salud.

Permaneció en observación durante más de cuatro horas, rodeado por el ministro de Salud de Indonesia, Budi Gunadi Sadikin, estuvo junto a la portavoz Gabriela Cerruti; el secretario general de la Presidencia, Julio Vitobello, y el médico de la unidad presidencial, Manuel Estigarribia.

Fernández recibió la autorización de sus médicos para participar del encuentro bilateral con Xi Jinping, líder del Partido Comunista de China. «Salimos del hospital y vamos a la cita con Xi», confirmó un vocero de la delegación oficial.

Debido al cuadro de salud del Presidente, el canciller Santiago Cafiero lo reemplazó en el primer panel de apertura de la cumbre de líderes sobre «Seguridad alimentaria y energética» como también en el almuerzo de bienvenida.

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