El pampeano, Ivo Aimar Chiesa (veterinario y jinete de equitación) es uno de los argentinos detenidos en Qatar, acusados por el régimen de lavado de dinero. Está detenido desde el 12 de octubre.

Chiesa -oriundo de Rancul- fue detenido junto a Marcelo Mariano Martínez, reconocido en las redes como «El primer hincha». Fueron detenidos por la intermediación para alquileres de departamentos entre otros simpatizantes y una empresa acusada de estafar a sus clientes.

Marcelo Mariano Martínez, un abogado de 54 años, fue detenido el 12 de octubre en Doha y, de acuerdo a su entorno, quedó involucrado en el medio de una estafa de una empresa local que supuestamente alquilaba departamentos a ciudadanos extranjeros.

«Él está acusado de lavado de dinero. Se debe a que alquiló unos departamentos para los hinchas argentinos, amigos del Mundial. Él es fanático del mundial y viene hace tres muindiales que asiste permanentemente. Él recibió dinero de Western Union de amigos que querían reservar un lugar en Qatar. Cuando alquiló los departamentos con una empresa en Qatar que estafó tanto a Marcelo como a muchísimos otros turistas y personas de otros lugares», explicó Claudia, la hermana del argentino detenido, en una entrevista con Telefé.

«Él está acusado de lavado de dinero porque recibió dinero de Western Union para alquilar los departamentos. La empresa hizo los contratos de alquiler, dio los recibos, él pagó. Y la empresa estaba siendo investigada por lavado de dinero. Ahí aparece la acusación. Se vincula el lavado de dinero de esta empresa con las transferencias que recibió», agregó.

La familiar del detenido aseguró que la empresa qatarí tenía una oficina, mostraba departamentos y actuaba como si se tratara de un negocio totalmente legal.

Además, Claudia Martínez negó que su hermano haya creado un plan de subalquileres para costearse los gastos en el Mundial.

«Esta vez sucedió que él viajó por la luna de miel, se acercó a Qatar y tenía la posibilidad de quedarse. No era la idea en ningún momento hacer contratos para subalquilar y no es así como él sustentaba su viaje a Qatar, sino que lo sustentaba con los ahorros de su trabajo», advirtió.

Por el momento, Marcelo Martínez sólo pudo contactarse una vez por teléfono con su actual pareja. Ni siquiera pudo hablar unas palabras con su hija Elina, quien describió su angustia por la situación de incertidumbre con su padre.

«No tuve la oportunidad de hablar con mi papá. Recién hoy pudo comunicarse con la esposa, pero yo no pude hablar con él. Entendemos que él está bien. La realidad es que todo lo que está haciendo la cancillería argentina y el consulado de allá, están aportando mucho a la situación y velando por los DDHH de mi papá. Pero la realidad es que es una situación muy complicada porque no podemos hablar siquiera con él y no sabemos cómo vamos a resolver la situación», dijo la joven.

«Él estaba muy nervioso por la cuestión jurídica en un país que no tiene nada que ver con Argentina es muy complejo de entender. Está atravesando un proceso donde no tiene demasiadas respuestas, igual que nosotros», completó.

Tanto la hermana como la hija del detenido agradecieron la ayuda y la labor del Consulado Argentino en Qatar y de la Cancillería, quienes estuvieron presentes desde el primer momento para ayudar a resolver el problema y que le brindaron a Martínez ropa, elementos de aseo, una tarjeta telefónica y otros artículos personales.

Asimismo, la familia indicó que el argentino se encuentra detenido en una dependencia similar a la alcaidía del Palacio de Tribunales en Buenos Aires. «Es un edificio muy lujoso. Están atendidos, les dan de comer, tienen lugar para asearse, tienen un espacio recreativo para jugar a las damas o al ajedrez. En ese sentido no está mal pero sí la desesperación de no saber de enfrentar a un proceso y no puede tener acceso a un abogado», detalló Claudia.

De acuerdo a la familia de Martínez, la causa debía resolverse a la semana de la detención pero, a raíz de que aparecen cada vez más damnificados, la justicia local resolvió extender el plazo.

«Permanentemente entra gente a la causa. Por eso el proceso, que tenía que durar ocho días, lo extendieron 30 días más porque todo el tiempo aparece gente damnificada y ellos (la justicia qatarí) en vez de investigar y detenerlos, por el solo hecho de haberle alquilado un departamento tenés que ir y estar detenido con ellos», afirmó la hermana del detenido.

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