Además de Rigutto, participaron de la maniobra el forense Juan Carlos Toulouse, los médicos Ariel Facundo Farías González, y Fernando Javier Nadal y el enfermero Rogelio Williams Tejada. La acusación incluye estafa procesal, cohecho, tráfico de influencias, falsificación de documentos públicos y falsificación ideológica.

El fiscal Guillermo Sancho acusará hoy al médico cirujano Jorge Rigutto y a profesionales de la salud, entre ellos un forense del Poder Judicial, de utilizar informes falsos para engañar a la justicia y conseguir la prisión domiciliaria del profesional que está detenido desde marzo del año pasado acusado de abuso sexual de una expareja. La audiencia de formalización se realizará a las 8:30 en el Centro Judicial y la presidirá el juez de Control, Carlos Chapalcaz.

Los hechos fueron denunciados por el fiscal Walter Martos, que interviene en la causa de abuso sexual, a partir de descubrir maniobras que consideró irregulares para que el médico saliera de la cárcel a la detención domiciliaria, alegando una gravedad de problemas de salud que no eran reales. La causa se abrió a partir de escuchas telefónicas donde también aparecen indicios de intentos de tráfico de influencias.

Además de Rigutto, serán acusados los profesionales que intervinieron en la evaluación de la situación de salud del cirujano cuando pidió la domiciliaria: el médico y perito forense Juan Carlos Toulouse, los médicos Ariel Facundo Farías González –perito de parte-, y Fernando Javier Nadal y el enfermero Rogelio Williams Tejada.

El último 28 de diciembre, durante una audiencia judicial, se destaparon las irregularidades y se resolvió que Rigutto volviera a quedar detenido en la Alcaidía de Santa Rosa. Antes había obtenido la domiciliaria a partir de certificados médicos y pericias ahora cuestionadas.

A partir de los informes falsos o de otras personas que se presentaron en la justicia, el Ministerio Público Fiscal imputará una serie de delitos: estafa procesal, cohecho, tráfico de influencias, falsificación de documentos públicos y falsificación ideológica.

En la audiencia Rigutto estará patrocinado por el abogado Marcos Paz. El abogado Omar Gebruers dejó la defensa del médico a fin de año. Al resto de los acusados los defienden los abogados Mauricio Sebastián Moreno, Benjamín Eugenio Ortíz, Hugo Alberto Vessoni y Román Oscar Fiorucci.

La causa se originó como una derivación de una investigación que lleva adelante la Fiscalía de Delitos Económicos que encabezan Guillermo Sancho y Máximo Paulucci, que notificó al fiscal Martos por este hecho en particular.

La acusación que se formalizará la semana próxima considera que el perito, los médicos y el enfermero, se organizaron para elaborar certificados médicos para conseguir la domiciliaria de Rigutto.

Durante la audiencia del pasado 28 de diciembre, a Rigutto le prohibieron el uso de su teléfono celular personal porque consideran que es el medio a través del cual se cometió el delito, y en cambio puede comunicarse como cualquier otro detenido por el teléfono público. Además, a partir de ese momento solo puede recibir atención médica a través del sistema de Salud Pública y no por el sistema privado.

Al médico Toulouse se lo multó y apartó como perito de la causa donde Rigutto está acusado de abuso sexual: la multa será del 50% de su sueldo, por única vez en esta causa. Farías González también fue apartado de la causa.

El juez de Control, Martín Míguez, durante aquella audiencia del 28 de diciembre, además ordenó que se comunique la situación al Consejo Médico para que evalúe la actuación de ambos profesionales, mientras que en el caso de Toulouse también se le dio intervención al Superior Tribunal de Justicia para que evalúe su actuación por su carácter de perito.

Rigutto había sido detenido el 9 de marzo del año pasado. Al día siguiente se formalizó la acusación de «abuso sexual con acceso carnal» y se dispuso la prisión preventiva, en principio, por un mes. La base de la acusación a Rigutto está en el testimonio de la víctima, una expareja, en dos certificados médicos -uno psicológico y el otro psiquiátrico- y en los datos que de un dispositivo electrónico.

El médico cirujano Jorge Rigutto ya tiene una condena de tres años de prisión en suspenso por el delito de «coacción» en perjuicio de otra ex pareja. Además, hubo una investigación para establecer si el médico contrató sicarios, según se deduce de unos audios que fueron presentados en la Ciudad Judicial.

Desde entonces se le extendió la prisión preventiva, que después devino en prisión domiciliaria a raíz del estado de salud que certificaron los médicos, situación que se revirtió a partir del descubrimiento de las maniobras.

Un dato que surge de las escuchas telefónicas que dieron origen a la causa por engañar a la justicia es un intento del cirujano de usar influencias para mejorar su situación de detención.

En ese sentido, aparecen llamados del cirujano Rigutto a un periodista de General Acha, corresponsal de un medio gráfico provincial, para que interceda en el tratamiento de su pedido de domiciliaria ante el juez de Control, Martín Míguez, con quien iba a compartir una reunión, un asado. Rigutto y el periodista tendrían relación comercial o de amistad.

Otro dato que emerge de las escuchas son las presuntas «presiones» del forense Juan Carlos Toulouse sobre otro forense de apellido Veliz, que había emitido un informe distinto a los anteriores y dijo que Rigutto «podía ir a una cárcel común». Sin embargo, lo cambió y presentó otro para que siga en domiciliaria hasta el juicio.

Toulouse, en los diálogos con Rigutto, le cuenta que para presionar a Veliz le aseguró que había ido a hablar con el ministro del Superior Tribunal de Justicia, Hugo Díaz, y el secretario de Servicios de Jurisdicción del Poder Judicial, Marcelo Rebuffi.

Una de las pruebas que dieron lugar a la acusación son escuchas telefónicas. Allí aparecen indicios de un pago millonario a Toulouse para «asesorar» a Rigutto. Que el enfermero encargado de los controles a Rigutto falseaba datos del seguimiento. Y que el perito de parte conseguía estudios y electrocardiogramas de otras personas para sumarlos al legajo y que se usaran para los informes.

Fuente: El Diario

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