Tensión por la carne con hueso: el Gobierno analiza flexibilizar la barrera sanitaria al sur del Colorado

Ruralistas del sur se reunieron en Buenos Aires con funcionarios nacionales. La Pampa reclama desde hace más de 20 años el ingreso del asado pampeano a la Patagonia, pero las provincias del sur insisten en mantener la restricción.

El histórico conflicto por la barrera sanitaria que impide el ingreso de carne con hueso a la Patagonia volvió al centro de la escena. Ruralistas del sur argentino mantuvieron este jueves una reunión clave en Buenos Aires con funcionarios de la Secretaría de Agricultura y Pesca de la Nación, en la que se analizó el futuro de la Resolución 180/25 y la posible flexibilización de una medida que rige desde 2001.

Durante el encuentro, el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) informó que está a la espera de las respuestas de la Unión Europea y Chile, dos mercados sensibles a las condiciones sanitarias. Si no hay objeciones por parte de estos países compradores, se evalúa permitir el ingreso de carne con hueso plano al sur del río Colorado, manteniendo la prohibición sobre el resto de los cortes con hueso.

La decisión no está tomada, pero abre la puerta a una posible modificación del estatus sanitario que históricamente dividió a la Argentina en dos: la zona norte, libre de aftosa con vacunación, y la Patagonia, declarada libre sin vacunación.

Al finalizar la reunión, los ruralistas patagónicos difundieron una declaración en la que aseguraron que el Gobierno ratificó la vigencia de la barrera, pero admitieron que hay una ventana abierta para autorizar el ingreso del tradicional asado con hueso si no se afecta la exportación.

Desde hace 24 años, La Pampa lidera el reclamo por el levantamiento de esta barrera, con el objetivo de que su carne pueda ingresar libremente al sur del país. Argumentan, con aval de informes técnicos del propio Senasa, que no hay riesgo sanitario real en comercializar carne con hueso.

De hecho, días atrás, el Senasa había anunciado el levantamiento de la restricción tras reconocer que la posibilidad de contagio de fiebre aftosa era ínfima. Sin embargo, la reacción de los gobernadores patagónicos fue inmediata y el organismo dio marcha atrás, dejando en suspenso la medida por 90 días y convocando a una mesa de trabajo. La Pampa, sin embargo, no fue invitada a participar.

Las provincias del sur sostienen que una flexibilización de la norma pondría en peligro el estatus de zona libre sin vacunación, un sello que les abre las puertas a mercados internacionales exigentes y les da un diferencial competitivo.

Mientras tanto, el conflicto se mantiene vigente y promete seguir generando tensión entre regiones. Por ahora, el asado con hueso pampeano seguirá sin cruzar el río Colorado.

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