Estaba internado desde hacía varios días por una afección pulmonar. Fue uno de los artistas más emblemáticos de la noche porteña.

Cacho Castaña, uno de los artistas emblemáticos de la noche porteña, falleció en la mañana de este martes a los 77 años, luego de pasar varios días internado en el Sanatorio Los Arcos de la Ciudad de Buenos Aires por una afección pulmonar. Había sido internado el viernes 4 de octubre.

Un anti-dandi, la porra hasta la última exhalación. Eso y un seguido capilar en forma de patillas. El pelo fue su gran marca de distinción. El plexo solar descubierto, valiente, típico de cantante latino. Los collares bailando en el cuello. La camisa prolijamente abierta hasta el ombligo, algún tatuaje tardío en la mano. Le mirabas más el pecho a Cacho que a Moria. Toda su figura era una muestra permanente de testosterona.

Tantas internaciones tuvo que fuimos perdiendo la cuenta… Lo internaban y un mes más tarde andaba llenado algún teatro de la calle Corrientes. En los últimos años había tenido decenas de enfermedades, principalmente la EPOC y una suerte de cardiopatía. La muerte era un tema recurrente. Parecía haberle perdido el miedo: “Estuve dos meses en coma y era como dormir una siesta”.

Fue adicto a la cocaína. Zafó. Al final, con una cánula que lo ayudaba a respirar, tuvo que dejar de fumar. El cigarrillo costó, pero a la droga se la saco de encima como a una mochila liviana.

“Estoy bastante harto de todo. En cualquier momento, largo”. Lo decía con una ambivalencia que no sabías bien si hablaba de su carrera o de una vida que exprimió hasta la última gota.



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