Santa Rosa sigue sin agua pese a la reparación del Acueducto del Colorado

A pesar de que el viernes por la tarde finalizó la reparación del Acueducto del Río Colorado, miles de vecinos de Santa Rosa siguen sin agua potable este sábado por la mañana. Desde la empresa Aguas del Colorado confirmaron que el servicio comenzará a normalizarse durante la tarde o noche de hoy, pero la presión en las redes continúa siendo baja y la incertidumbre crece entre los usuarios.

Santa Rosa se abastece a través de dos acueductos: el del Colorado –principal fuente de suministro– y el Santa Rosa–Anguil–Uriburu, además de contar con cisternas de almacenamiento para enfrentar emergencias. Sin embargo, esta semana el sistema colapsó, incluso en pleno otoño y sin temperaturas extremas.

La falla se registró el miércoles por la noche. En un primer comunicado, Aguas del Colorado habló de “tareas de mantenimiento” a unos 170 kilómetros al sur de la capital pampeana. Pero el anuncio fue leído por muchos como un intento de suavizar lo que en realidad habría sido una rotura inesperada. Si se hubiese tratado de trabajos programados, argumentan desde distintos sectores, debieron haber sido informados con anticipación para evitar el desborde de la situación.

Ya el jueves por la mañana comenzaron los reportes de hogares sin agua y el panorama se agravó el viernes. Aunque la empresa estatal había prometido resolver el inconveniente el jueves, los trabajos se extendieron hasta el viernes a las 16. Desde ese momento, se inició el lento proceso de llenado del ducto.

«A las 16 de hoy, viernes, empezó a llenarse el acueducto. En consecuencia, en la tarde del sábado estará normalizado el servicio de agua potable domiciliaria», informaron ayer desde Aguas del Colorado.

Mientras tanto, crecen las dudas sobre la operatividad del sistema alternativo. El acueducto Santa Rosa–Anguil–Uriburu cuenta con entre 70 y 90 pozos, pero no logra cubrir la demanda de toda la ciudad. En medio de la emergencia, su rendimiento parece estar muy por debajo de lo necesario.

Otro punto crítico es la comunicación entre la empresa proveedora y las autoridades locales. «A veces somos los últimos en enterarnos de los cortes. No nos avisan», repiten desde el municipio, un reclamo que se arrastra desde gestiones anteriores.

Con los tanques vacíos y la presión aún baja, los vecinos esperan que el servicio se restablezca definitivamente antes de que termine el día. Pero la confianza en las promesas oficiales está, como el suministro, en mínimos históricos.

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