En la Legislatura pampeana comenzó a debatirse la posibilidad de expropiar las cuatro hectáreas del Vivero Pampeano, ubicado en el corazón de General Pico, y declarado por muchos vecinos como un símbolo de la ciudad. La iniciativa busca proteger el espacio, que fue fundado hace más de 100 años por el ingeniero agrónomo Juan Williamson y hoy se encuentra en estado de abandono.
El análisis del proyecto se dio en un plenario conjunto de las comisiones de Hacienda y Presupuesto y de Ecología y Ambiente Humano, presidido por los diputados Daniel Lovera y Noelia Viara. La reunión contó con la presencia de la intendenta Fernanda Alonso y de Daniel Williamson, uno de los herederos del histórico vivero.
Un proyecto que busca “ordenar” la situación del predio
Durante el encuentro, Lovera recordó que la propuesta se originó durante la gestión del exgobernador Carlos Verna, cuando no se logró un acuerdo entre las partes. “Lo importante es escuchar a los protagonistas locales y conocer de primera mano la realidad del vivero para proyectar su futuro”, señaló el legislador.
La iniciativa plantea declarar de interés público las cuatro hectáreas, lo que permitiría avanzar hacia una ley de expropiación y su posterior preservación ambiental.
La posición del municipio: “Hay especies únicas en riesgo”
La intendenta Fernanda Alonso realizó un detallado repaso histórico del predio, al que definió como “un pulmón verde con enorme valor ambiental y simbólico para Pico”.
“Cuando decimos Williamson sabemos de quién hablamos. Es un espacio creado por un pionero que dejó huella en La Pampa y en el país”, expresó.
Alonso recordó que ya en 2012 había impulsado, como diputada provincial, un proyecto para declarar el vivero área protegida. Aunque no prosperó, el municipio logró sancionar una ordenanza para impedir desarrollos inmobiliarios en el terreno.
“El lugar está abandonado, con invernaderos y especies únicas en peligro. Hoy solo se puede ingresar con orden judicial porque es propiedad privada”, explicó.
La jefa comunal detalló que durante el gobierno de Verna se había presentado una oferta de compra que no fue aceptada por los herederos. “Nuestra intención es reactivar ese proyecto, con las modificaciones necesarias, para garantizar la recuperación y conservación del vivero”, agregó.
La voz de la familia: “Quiero que el vivero quede para el pueblo”
Por su parte, Daniel Williamson, nieto del fundador, expresó su deseo de que el vivero se preserve “como un bien para la comunidad”.
“Vengo porque quiero salvar algo que hizo un pionero. Mi abuelo compró esas tierras en 1908, cuando eran un médano, y las convirtió en un pulmón verde. Me gustaría que se conserve para siempre”, afirmó.
El descendiente reconoció que las diferencias entre herederos han frenado posibles acuerdos, pero insistió en que su prioridad es evitar la pérdida del patrimonio. “Yo soy de los que lo quieren proteger”, sostuvo.